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Tras el rimbombante anuncio del ministro de Salud de haber dejado las listas de espera de patologías AUGE en cero en el 30 de noviembre pasado, Fonasa recibe en promedio cinco quejas diarias de pacientes que no han terminado su diagnóstico o tratamiento. Si bien las listas no las manejan ellos, el tema muchas veces pasa por los servicios de salud, que, acusan los entendidos, no ingresa a todos los pacientes que debería o les exceptúa las garantías sin volverlos a ingresar a las listas.

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La mañana del miércoles 23 de noviembre de 2011, en las oficinas de Fonasa quedaron pasmados. Al mediodía vieron en las noticias al ministro de Salud, Jaime Mañalich, en el estadio municipal de Cerro Navia repleto pidiendo que gritaran “Cumplido” al bajar sus brazos para anunciar que las listas de espera de patologías AUGE se habían terminado.

“Tenemos cero pacientes en lista de espera AUGE y eso muestra a un Presidente que cumple”, dijo Mañalich en esa ocasión, destacando el cumplimiento de la promesa “imposible” seis meses antes de la meta fijada por el mismo Presidente.

Sin embargo, en Fonasa se encogían de hombros, incrédulos por lo que veían en televisión. Efectivamente, en la entidad tuvieron el sistema en cero el 1 de diciembre, pero con un chanchullo desde los servicios de salud donde exceptuaban las garantías de los pacientes que esperaban atenderse, saliendo automáticamente de la lista. Y muchos de ellos hoy están haciendo llegar sus quejas sin saber que tendrán que ingresar de nuevo.

Mula

A Bárbara A. le detectaron Escleorosis Múltiple el 13 de octubre pasado en la Clínica Dávila y al día siguiente ingresó la interconsulta para confirmar la patología en el Cesfam Dr. Fernando Maffioletti de La Florida. De ahí la derivaron al Hospital Sótero del Río, donde la atendieron, la hospitalizaron, le realizaron exámenes y le detectaron otro problema a raíz de la enfermedad que lo complicó todo.

El 2 de enero un doctor la revisó por última vez sin darle un diagnóstico certero y la mandó para la casa hasta nuevo aviso. Hasta ayer, miércoles 1 de febrero, nadie le ha dicho a Bárbara que fue “exceptuada” del SIGES (Sistema de Gerenciamiento de Garantías Explícitas de Salud) y que ya no aparece en la lista de espera, a pesar de que el 28 de enero pasado ingresó una queja por haberse transgredido la ley que garantiza su derecho a diagnóstico oportuno, tratamiento y seguimiento de la enfermedad.

El 31 de enero Bárbara recibió en el spam de su correo la “solución” desde la Seremi de Salud Metropolitana: “Hemos analizado su requerimiento, y en atención a ello, dado que FONASA carece de facultades legales para asignar horas médicas, de cirugías ni de exámenes médicos para las patologías no cubiertas por el AUGE, o aquellos casos referidos a la calidad de la atención, hemos derivado su caso al MINSAL, ya que es el Servicio de Salud o establecimiento responsable de su atención el que debe proceder a otorgarla, y son la instancia competente para la gestión y resolución efectiva de su problema”.

Pero al final del documento la Seremi RM solicita su derivación a Fonasa, donde habría ingresado ese mismo día, sin haber respondido a Bárbara aún nada respecto a su problema.

A ella se suman unos 15 pacientes del Hospital de Talca con cáncer gástrico y enfermedades respiratorias denunciados por el diputado Marco Antonio Núñez a fines de noviembre y otros cientos -si no miles- repartidos por casi todos los servicios de salud del país, aún esperando.

“Encuentro súper penca no saber si me van a poder atender. Podrían ser más humildes y decir que las listas siguen. (Yo) no se si tengo otra enfermedad auto inmune, no tengo todos los exámenes hechos y me dicen que recién hay fecha en seis meses más”, dice Bárbara.

En noviembre de 2011, una semana después del anuncio de Mañalich, varios diputados prometieron llevar a Contraloría una denuncia por la rimbombante promesa cumplida, para verificar si era cierto y, de no serlo, cuántos pacientes eran los que estaban fuera de las listas sin una justificación válida.

Esa vez Mañalich salió al paso de las amenazas y dijo que tenían el registro “de todos los pacientes que han reclamado garantías Auge y que se les ha cumplido. No tenemos pacientes nuevos en espera, todos han sido intervenidos gracias al bono (AUGE) y al aumento de eficiencia en los hospitales, como lo que ha ocurrido en la salud primaria”.

En efecto, los servicios regionales reportaron listas en cero antes del día del anuncio, aún cuando mantenían personas esperando por diagnosticar, tratar y operar. En Magallanes, por ejemplo, aún cuando se dijo que se habían eliminado las listas el 13 de noviembre pasado, en diciembre 507 pacientes seguían esperando ser operados desde hace más de un año, meta que esperan cumplir recién durante este mes.

“Soluciones”

Ante esto, Fonasa se lava las manos y dice actuar sólo como receptor de las listas. “Son los servicios de salud los que hacen los registros de las Listas de Espera y de los casos Auge que ingresan al sistema. En ese proceso Fonasa no tiene participación”, dice la respuesta que dieron a The Clinic Online.

Además, remarcan que durante más de un año Fonasa ha llamado insistentemente a todas las personas que tengan una garantía Auge incumplida a que reclamen a través de los canales que la entidad dispone – web, Call Center 600360300 o sucursales-. Ante eso, la institución tiene un plazo máximo de 48 horas obligatorio para “solucionar” su problema, “ya sea en la red pública o privada, en este último caso vía Bono Auge”.

Sin embargo, reconocen que desde que se comunicó el fin de las listas de espera históricas del Auge, en noviembre del año pasado, “Fonasa ha recibido 126 reclamos de garantías Auge incumplidas en la red pública, las que han sido solucionadas en el plazo de dos días como establece la ley”. Bárbara, en todo caso, al cierre de esta edición no recibía su triste notificación.

Por su parte, el Minsal también se lava las manos y dice que además de los plazos determinados para cumplir las garantías “también considera excepciones donde estas garantías quedan sin efecto o son postergadas en su cumplimiento”. Las excepciones son condiciones –temporales o permanentes- que impiden cumplir con la garantía, que el beneficiario rechace el tratamiento, inasistencia a control y garantías no gestionables o incumplidas.

¿Entonces quién es el papá de los pollitos?

Se pueden manejar, pero no eliminar

“Qué más quisiéramos que se cumplieran, pero uno no puede dejar de decir que la gente sigue deambulando, todos los días preguntando por sus esperas. Uno no ve una solución”, dice Carola Espinoza, presidenta de la Confusam.

Espinoza explica que los datos entregados por los servicios de salud no cuadran con el anuncio y hasta la fecha no se les ha aclarado a qué se refirió el ministro con la alharaca de “cum-pli-do”. “A nosotros nos consta que a la gente la llaman y cuando no contestan, sus casos se dan por resueltos y se sacan de la lista. Para que los vuelvan a atender tienen que ingresar nuevamente al sistema y hacer todos los pasos de nuevo”, dice la dirigente gremial.

Algo idéntico reclama Vivienne Bachelet, fundadora y presidente del movimiento ciudadano Salud Un Derecho. La médico cirujano dice que la demora en la reposición de los servicios de salud después del terremoto del 27 de febrero de 2010 en las zonas afectadas por este y el anuncio de Piñera del 21 de mayo de ese mismo año de la baja de 380 mil pacientes a 160 mil alimentan una duda que han tratado de aclarar desde entonces.

Según la integrante del Colegio Médico, ese anuncio correspondió a una “depuración administrativa del 50% de las listas” y a otras vías administrativas para reducir las listas. Denuncia, entre otras cosas, que algunas personas fueron sacadas de las listas por no contestar el teléfono cuando los llamaron a presentarse.

Sobre este tema el Minsal reconoce que al hacerse cargo del sistema en marzo de 2010 “existían alrededor de 40 mil personas cuyos datos fueron mal registrados en el sistema Sigges y que fueron eliminados por vía administrativa”.

“La gente sabe la verdad, sabe lo que está viviendo, y no cree que digan que se eliminaron las listas de espera”, dice Bachelet. Sin embargo, el anuncio funcionó: la aprobación del ministro de Salud repuntó del 43% que tenía en octubre pasado a un 52% de aceptación en noviembre y a un 55% en diciembre y enero de 2012.

Salud un Derecho ha seguido pidiendo información al respecto para constatar si el anuncio fue sólo eso o si efectivamente la listas quedaron en cero, tal como lo dijo el ministro de Salud en noviembre pasado. Hasta ahora no han tenido nuevas respuestas, a pesar de estar tramitando por Transparencia el paso de los datos.

“Si Fonasa efectivamente ha eliminado las listas de espera AUGE como su Director Nacional afirma en editorial en El Mercurio el 20 de noviembre de 2011, debería permitir que la ciudadanía fiscalice su gestión entregando la información tal como ha sido solicitada por don Fernando Rosas Carrasco el 25 de enero de 2011. Fonasa debe cumplir con la Ley de Transparencia y acatar los oficios y dictámenes del Consejo para la Transparencia sin temor”, dice el comunicado de octubre pasado en su página web.

Tras el anuncio, algunos diputados de oposición también dijeron que exigirían la información, pero Mañalich les cerró la puerta. “No vamos a entregar información de los pacientes, porque eso es ilegal. Una comisión investigadora y la Contraloría la pueden pedir”, dijo, y su palabra se ha cumplido, en parte, porque no hay denuncias ingresadas al ente contralor hasta la fecha.

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