Nivel de arsénico en agua potable preocupa al Colegio Médico
Se ha sabido últimamente que en nuestra región estamos bebiendo agua con arsénico, la que contendría una concentración 3 veces la norma establecida.
El arsénico es un elemento químico que se presenta como una sal y que se encuentra naturalmente en rocas junto a otros metales como el cobalto, plata, manganeso, fierro etc. En esta condición no reviste riesgo para el hombre. Pero la intervención humana del medio ambiente lo moviliza y lo podría transformar en un peligro para la salud. Esto por supuesto, si no se toman las medidas sanitarias pertinentes.
Un ejemplo concreto de lo expresado lo constituyen las empresas mineras, que al utilizar en grandes cantidades el agua de las napas subterráneas de nuestra pampa, disminuyen el volumen disponible de estas fuentes naturales, permitiendo el mayor sedimento, y por ende la concentración de sustancias tóxicas en el agua extraída para potabilizar. Entre estas sustancias está el arsénico.
Desgraciadamente se comparte con las empresas mineras la misma fuente de este vital elemento, ellos para su proceso productivo, y la población para su consumo doméstico.
La toxicidad del arsénico es predominantemente crónica. Para poder entenderlo bien es pertinente explicar que una vez ingerida el agua contaminada con arsénico, este entra al torrente sanguíneo experimentando un proceso de desintoxicación a nivel hepático llamado Metilación. Ulteriormente se procede a su eliminación fisiológica por la orina. Pero cuando la ingesta de este contaminante se lleva a cabo de forma permanente durante un tiempo prolongado, el hígado va perdiendo gradualmente la capacidad de desintoxicar el arsénico y esta sustancia comienza a acumularse en tejidos blandos favoreciendo en el tiempo la aparición de cáncer de vejiga, riñones, vías urinarias, hígado y pulmón. En la piel también se ha descrito el llamado Hidroarsenicismo crónico regional endémico, el cuál ya se ha visto en ciertas regiones de Argentina.
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