Tiburones, drogas, mentiras y corrupción en Costa Rica
Escrito por Sea Shepherd Conservation Society
Comentario por el Capitán Paul Watson
Durante años, el diminuto país de Costa Rica ha disfrutado los frutos del mito de que es una especie de paraíso ecológico. La verdad es que Costa Rica es uno de los países más corruptos y eco-lógicamente más destructivos de Latino América.
Ecuador, Panamá y Colombia están mucho más preocupados por los temas ecológicos y el control de los delitos medioambientales de lo que lo está Costa Rica. Sin embargo Costa Rica posee una buena agencia de relaciones públicas y una firme corriente de aparentar el cumplimiento de las normas protectoras del medioambiente que hace mantenerla verde como una esmeralda desde fuera mientras una corriente putrefacta penetra dentro del país.
Al margen de la contaminación por productos químicos derivados de la industria de la banana y de la destrucción de los bosques tropicales por parte de la industria maderera, Costa Rica es uno de los países más destructivos de tiburón de la Tierra. En el puerto de Puntarenas (Costa rica), la “mafia del shark finning” controla la policía y los juzgados, tiene comprados a los políticos locales y tentáculos que deslizan su corrupción en las burocracias del gobierno en San José.
Hemos observado como la población de tiburones ha disminuido a un ritmo alarmante en aguas de los alrededores de Isla del Coco y a lo largo de la costa de Costa Rica. Es una grave situación y esta disminución está alimentada por la corrupción política y burocrática costarricense.
El alcance de esta actividad criminal puede verse en la reciente incautación por parte de las autoridades mejicanas de una tonelada de cocaína hallada en los cuerpos congelados de los tiburones a bordo de la nave de mercancías Dover Strait.
Los tiburones congelados fueron cargados a la nave en Puntarenas, donde la industria ilegal del shark finning opera abiertamente y sin intervención policial.
Según un comunicado de prensa de la marina, inspectores de la Marina en el sudeste del puerto de Progreso, en el estado de Yucatán, detectaron el martes una anomalía en dos contenedores durante una rutina de rayos X.
Los inspectores dirigieron la atención hacia un cargamento de tiburones. Después de abrir a uno de los tiburones congelados, hallaron bolsas negras que contenían paquetes rectangulares llenos de cocaína.
La marina informó que las autoridades recuperaron en total de 870 paquetes de cocaína de 894 kilogramos de peso.
Los mismos elementos criminales implicados en el shark finning ilegal están también implicados en el comercio ilegal de drogas. Acabar con los implicados en el shark finnig en Costa Rica contribuiría a devastar a los traficantes de drogas.
Julie Andersen de Shark Angels respondió a este arresto diciendo, “Tal vez la gente verá ahora el comercio de aletas de tiburón por lo que es: una industria repugnante y destructiva en la que abunda el asesinato, avaricia, tríadas y enormes cantidades de dinero… igual que el comercio de drogas. Aunque espantoso, resulta apenas sorprendente que las drogas sean escondidas en la carne de tiburón, pues se ha informado que los traficantes de drogas han estado durante tiempo limpiando dinero sucio a través del comercio del shark finning. Lo que muchos no ven sin embargo, es que al ritmo en que los tiburones están despareciendo de nuestros océanos, su valor pronto podría superar al valor de la cocaína incautada, no solo en la mesa si no para nuestros océanos que se balancean al límite.”
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