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Detectan metales pesados en placentas y cordones umbilicales

Impactantes resultados de investigación realizada por la UA, asocia altas concentraciones de estos químicos a malformaciones y problemas neurológicos.

Determinar la distribución de elementos trazas esenciales y no esenciales o metales pesados en matrices placentarias humanas, fue el objetivo general de una investigación en la que participaron científicos y profesionales de la Universidad de Antofagasta, dirigidos por el profesor Domingo Román Silva del Departamento de Química de la Facultad de Ciencias Básicas de la UA.

En este estudio, los investigadores se refieren a la presencia de metales pesados en el ambiente de la Región de Antofagasta y el riesgo para el desarrollo intrauterino saludable de niños en gestación.

“En particular estudiamos la presencia de metales pesados como cromo, níquel, mercurio, plomo, arsénico y selenio. Este último es considerado el elemento esencial más tóxico.

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Nivel de arsénico en agua potable preocupa al Colegio Médico

Se ha sabido últimamente que en nuestra región estamos bebiendo agua con arsénico, la que contendría una concentración 3 veces la norma establecida.

El arsénico es un elemento químico que se presenta como una sal y que se encuentra naturalmente en rocas junto a otros metales como el cobalto, plata, manganeso, fierro etc. En esta condición no reviste riesgo para el hombre. Pero la intervención humana del medio ambiente lo moviliza y lo podría transformar en un peligro para la salud. Esto por supuesto, si no se toman las medidas sanitarias pertinentes.

Un ejemplo concreto de lo expresado lo constituyen las empresas mineras, que al utilizar en grandes cantidades el agua de las napas subterráneas de nuestra pampa, disminuyen el volumen disponible de estas fuentes naturales, permitiendo el mayor sedimento, y por ende la concentración de sustancias tóxicas en el agua extraída para potabilizar. Entre estas sustancias está el arsénico.

Desgraciadamente se comparte con las empresas mineras la misma fuente de este vital elemento, ellos para su proceso productivo, y la población para su consumo doméstico.

La toxicidad del arsénico es predominantemente crónica. Para poder entenderlo bien es pertinente explicar que una vez ingerida el agua contaminada con arsénico, este entra al torrente sanguíneo experimentando un proceso de desintoxicación a nivel hepático llamado Metilación. Ulteriormente se procede a su eliminación fisiológica por la orina. Pero cuando la ingesta de este contaminante se lleva a cabo de forma permanente durante un tiempo prolongado, el hígado va perdiendo gradualmente la capacidad de desintoxicar el arsénico y esta sustancia comienza a acumularse en tejidos blandos favoreciendo en el tiempo la aparición de cáncer de vejiga, riñones, vías urinarias, hígado y pulmón. En la piel también se ha descrito el llamado Hidroarsenicismo crónico regional endémico, el cuál ya se ha visto en ciertas regiones de Argentina.

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