El peligro de creer que la austeridad es la salvación
Por Paul Krugman | The New York Times
REYKJAVIK.- Los mercados celebraron el acuerdo que emergió en Bruselas anteayer. De hecho, comparado con lo que podría haber ocurrido -un ruidoso fracaso para alcanzar consensos-, la situación de que los líderes europeos hayan estado de acuerdo en algo, por más vagos que sean los detalles, es un acontecimiento positivo.
Sin embargo vale la pena tomar distancia para ver el cuadro más amplio, es decir, el abyecto fracaso de una doctrina económica? una doctrina que provocó graves daños tanto en Europa como en Estados Unidos. Esa doctrina se basa en la afirmación de que, en el período subsiguiente a una crisis financiera, los bancos deben ser rescatados pero el público en general debe pagar el precio.
Así, una crisis generada por la falta de regulación se convierte en una razón para desplazarse aún más a la derecha; una época de desempleo masivo, en vez de estimular esfuerzos públicos destinados a crear empleos, se convierte en una era de austeridad, en la que se recortan los gastos del gobierno y los programas sociales.
Comentarios recientes