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TV nocturna (dormir con la Tv prendida es causante de depresion)

Dormir con la televisión encendida puede aumentar el riesgo de depresión, así lo revela un estudio realizado en Estados Unidos, que asegura que el nivel óptimo de luz que necesita el cerebro de los mamíferos para descansar es sorprendentemente bajo.

En este estudio, realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Ohio, se trabajó con 16 hámsters, de los cuales la mitad durmió en absoluta oscuridad mientras los demás eran expuestos cada noche a un nivel de luz equivalente al que produce el brillo de un televisor encendido en una habitación a oscuras.

Ocho semanas más tarde, los animales que nunca dormían a oscuras habían visto modificado su estado de ánimo y desarrollado un grado de depresión. Cuando los especialistas examinaron sus cerebros, se comprobó que en la zona del hipocampo tenían una menor densidad de espinas dendríticas en las neuronas que quienes dormían sin luz. Lo que implica que la comunicación entre sus células nerviosas se habría visto reducida.

Los responsables de este estudio, indican que el nivel de luz óptimo que necesita el cerebro de los mamíferos para descansar es sorprendentemente bajo. Además asocian los efectos de la exposición a la luz a una hormona llamada melatonina, que se produce cuando el cuerpo detecta la oscuridad.

La melatonina entre otras cosas, regula el círculo circadiano, y ayuda a conciliar el sueño. Si hay demasiada luz ambiental, el cuerpo podría producir cantidades inadecuadas de esta hormona.

¿CAMINO A LA DEPRESIÓN?
“Incluso una luz débil por la noche es suficiente para provocar un comportamiento depresivo en los hámsters, que podría explicarse por los cambios que observamos en su cerebro después de ocho semanas”, señaló la estudiante de doctorado Tracy Bedrosian, coautora del estudio.

Según Randy Nelson, profesor de neurociencia y psicología de la OSU, “los resultados son significativos porque la luz utilizada no era intensa sino de 5 lux, o el equivalente a la que desprende una televisión en una habitación oscura”.

“Este es un nivel muy bajo, algo que la mayoría de la gente puede experimentar”, añadió Nelson.

LA LUZ QUE DEPRIME

Bedrosian explicó a Efe que aunque no se puede asegurar que se produzca el mismo efecto en un ser humano, el impacto de la luz no varía en función del tamaño. “Una exposición crónica a la luz por la noche es un factor relativamente nuevo en la historia de la humanidad y no es natural, por lo que reducir la iluminación artificial cuando se duerme es conveniente”, añadió.

LAS PRUEBAS

El estudio se realizó con hámsters siberianas a las que se había extirpado los ovarios para que sus hormonas no interfirieran en los resultados. La mitad de ellas fue introducida en un habitáculo en el que fueron expuestas a un ciclo estándar de 16 horas de luz (150 lux) y ocho horas de oscuridad total, y la otra mitad a 16 horas de luz diurna y ocho horas de iluminación tenue (5 lux).

Después de ocho semanas en esas condiciones, los hámsters que durmieron con luz nocturna mostraban más síntomas de depresión que los demás. Los test a los que fueron sometidos son los habitualmente utilizados por las farmacéuticas para probar medicamentos antidepresivos y contra la ansiedad, e incluyen medir la cantidad de agua azucarada que beben, afirma el estudio.

A los roedores en general les gusta esa bebida, pero los que tienen síntomas de depresión no beben tanto porque al parecer no obtienen el mismo placer de las actividades que normalmente disfrutan.

DATOS REVELADORES
Al examinar el hipocampo de los hámsters después del experimento, los científicos comprobaron que los que durmieron con luz tenían una densidad menor de espinas dendríticas, unas finas prolongaciones de las células cerebrales que transmiten mensajes de una célula a otra. “El hipocampo desempeña un papel clave en la depresión y hallar cambios en esa zona es significativo”, afirmó Bedrosian.

Sin embargo, no se encontraron diferencias entre ambos grupos en cuanto a los niveles de cortisol, la hormona del estrés que se asocia normalmente con las alteraciones en el hipocampo.

Según los científicos, la explicación más plausible para los cambios registrados en el cerebro de los hámsters es un déficit de melatonina, una hormona que deja de secretarse cuando hay luz.

Los científicos investigan ahora el papel de esa hormona en este proceso.
Los resultados coinciden con estudios anteriores en los que Nelson y sus colegas descubrieron que una luz intensa constante por la noche está ligada a síntomas depresivos y a un aumento de peso en ratones.

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