¿A quién iré si no a ti?, solo tú tienes palabras de vida eterna, eres un oasis en el desierto, el pan que da vida, la luz que alumbra el camino de mi vida.
Al enemigo le encanta distorsionar todo, el no es un creador, no tiene ingenio propio, el es un imitador, en cambio nuestro Dios es un Dios excelente en ingenio, Poderoso Creador y que no imita a nadie, sino que simplemente fue, es y será.
En las mayores tormentas de la vida hemos podido ser testigo de cómo Dios ha estado ahí, aun cuando parece que lo oscuro nos quiere llevar a hundir la barca de nuestras vidas, hemos podido ver como Dios se encarga de darle el rumbo que El quiere para que nunca perezcamos.
El enemigo puede venir y enviar toda clase de pensamientos de derrota, de desanimo y de todo aquello que como único objetivo es hacernos desfallecer, pero en medio de todo eso hemos podido ser testigo de cómo Dios se convierte en un Gran Consejero, enviándonos las palabras indicadas en el momento indicado para cada situación de nuestra vida, sin lugar a dudas una muestra más que El está allí y nunca nos ha abandonado.
Hemos sido criticado en muchas ocasiones por el hecho de querer hacer la diferencia, por el hecho de no quedarme sentado esperando que las cosas ocurran, sino de ser parte de la historia que Dios ha trazado para nosotros, pero en medio de las críticas y comentarios negativos Dios ha estado allí para respaldar lo que nos ha mandado a hacer, y es que si El no va con nosotros, entonces yo no quisiera ir a ninguna parte.
Muchas veces hemos pasado tiempos de desierto en donde pareciera que nos encontramos solos, en donde por más que buscamos una gota de agua no la encontramos, pero aun en esos momentos de desiertos en donde la sed casi nos mata hemos podido ver como Dios se convierte en un Agua de Vida para nosotros y ha saciado completamente nuestra sed, y es que a Él jamás se le escapara una necesidad nuestra.
Hemos experimentado tiempos de anonimato, en donde lo prometido brilla por su ausencia, en donde nos hemos convertido en un don nadie, pero que en medio del anonimato Dios nos ha ministrado y nos ha enseñado a depender de Él y no de nuestras capacidades, a rendirnos en humildad a Él y no creerme algo que nunca hemos sido, sin duda Dios nos tiene la medida exacta.
Hemos llorado, nos hemos enojado, hemos peleado y reclamado, tantas cosas a Dios, pero aun en medio de todos esos cambios de humor Dios ha tenido paciencia con nosotros y renueva su misericordia sobre nuestras vidas cada mañana.
Después de todo lo que Él ha hecho por nosotros, lo único que podemos hacer es no darnos por vencido nunca, intentarlo e intentarlo, seguramente fallaremos, en algún momento recaeremos, pero miraremos la gloria del cielo, a Jesucristo como nuestro intercesor y nos levantaremos, lucharemos y no dejaremos que el enemigo se goce en mi fracaso, sino que se enoje en mis victorias.
No soy el mejor, ni pretendo sobresalir por sobre los demás, pero lo que sí puedo decir es que no me cansaré nunca de intentar de agradar a Dios. Dios nos ayude y fortalezca en ésta nueva semana que comienza. Son los deseos de éste servidor.
“Tú encenderás mi lámpara; Jehová mi Dios alumbrará mis tinieblas. Contigo desbarataré ejércitos, Y con mi Dios asaltaré muros”. Salmos 18: 28, 29