Datos en Wikipedia http://en.wikipedia.org/wiki/Dashrath_Manjhi
Vista del lugar en 3D
Dashrath Manjhi vivía en el pequeño pueblo de Gahlour, en Bihar (India). El centro médico más cercano estaba en Gaya, que estaba a sólo unos 8 kilómetros de distancia en línea recta, pero a 50 km por carretera debido a una montaña. La esposa de Manjhi, resultó herida gravemente mientras cruzaba la colina trayendo agua en la década de 1950, y murió en el camino hacia el hospital. Manjhi (y sus vecinos) eran de una casta baja, los “musahar” o “cazadores de ratas”, por lo tanto el pueblo estaba en la parte baja de la lista de prioridades del Gobierno hindú en los planes para la construcción de carreteras. Así que, en memoria de su difunta esposa, Manjhi empezó en 1959 a construir a través de la montaña un camino para facilitar el acceso de la gente del pueblo al hospital. Su única herramienta la fuerza de sus manos.
Dashrath vendió sus cabras para comprar un cincel, una cuerda y un martillo. La gente lo tomaba por un loco ajenos a sus planes. Sin inmutarse por los comentarios, Dashrath trabajó durante 22 largos años para acortar la distancia de 50 Km. y dejarla en 10 km. Llegó el día que tras conseguir abrir, golpe a golpe 110 metros de largo, 8 metros de alto, y 9 de ancho. Luego de este trabajo inhumano vió “el otro lado de la montaña”.
Manjhi se hizo famoso por su logro, y se le dio un funeral de Estado tras su muerte en 2007. Su gesta será llevada al cine por el director indio Manish Jha. Sin embargo, la familia de Manjhi todavía es muy pobre, y el camino construido por Dashrath aún sigue siendo de tierra.
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Uno abrió el camino para muchos para tener salud… ¿qué haces tu para marcar el camino donde otros deben seguir al cielo?
Lo que debéis entender es la verdadera fuerza de la voluntad. Esta es el poder gobernante en la naturaleza del hombre, la facultad de decidir o escoger. Todo depende de la correcta acción de la voluntad. Dios dió a los hombres el poder de elegir; a ellos les toca ejercerlo. No podéis cambiar vuestro corazón, ni dar por vosotros mismos sus afectos a Dios; pero podéis escoger servirle. Podéis darle vuestra voluntad, para que El obre en vosotros tanto el querer como el hacer, según su voluntad. De ese modo vuestra naturaleza entera estará bajo el dominio del Espíritu de Cristo, vuestros afectos se concentrarán en El y vuestros pensamientos se pondrán en armonía con El.
Por medio del debido ejercicio de la voluntad, puede obrarse un cambio completo en vuestra vida. Al dar vuestra voluntad a Cristo, os unís con el poder que está sobre todo principado y potestad. Tendréis fuerza de lo alto para sosteneros firmes, y rindiéndose así constantemente a Dios seréis fortalecidos para vivir una vida nueva, es a saber, la vida de la fe. [Camino a Cristo 47-48]