• No products in the cart.
View Cart
Subtotal: $0

Muchos Cristianos e incluso adventistas del séptimo día se pierden entre las aguas de estas preguntas.

Somos como una hormiga que encuentra una manzana pero por su vista no ve el árbol de manzanas sobre la manzana. Algunos incluso logran ver el árbol pero Dios omnipresente logra ver hasta la raíz de todas las cosas.

Muchas veces los cristianos utilizan fraseología comunista o socialista sin darse cuenta de sus bases ideológicas. O suponen que A es el inverso de B y sacan sus propias conclusiones.

Muchos han comenzado a adoptar dentro de sus publicaciones términos como «desigualdad e injusticia social» y estos terminos son el camino para preparar a la iglesia a recibir de mejor manera la famosa igualdad y justicia social como elementos bíblicamente aceptados.

Personalmente no recomiendo usar estos términos no son bíblicos e incluso pueden ser malinterpretados y mal usados. Dios no quiere eliminar la desigualdad o injusticia social, no es que no pueda sino que no debe, esto es contrario a su carácter. Seria pedirle a Dios que se transforme en un recogedor de manzanas podridas o incluso un podador de un mal árbol.

Cuando Dios opera, el opera a nivel desde la raíz del arbol hacia afuera a sus ramas y afecta su fruto. Cambia desde adentro hacia afuera para transformar el árbol.

Uno de los grandes elementos donde se ilustra esta gran verdad es el Jubileo bíblico. El jubileo no era para destruir la desigualdad o injusticia sino por el contrario fomentar la igualdad y destruir el egoísmo del corazón. Por medio del jubileo ilustraría de manera notoria no solamente la nobleza y el carácter de su reino que limita el mal (contraresta) y corrige los problemas políticos y económicos de una administración humana sino además predicaría a la raíz del corazón humano, el evangelio de la libertad, la liberación de las cargas que produce este mundo de pecado y las malas decisiones o interacciones del pecado en la vida de los hombres.

Lo que el Jubileo debía producir en el corazón esta claramente ilustrado en la misión del Mesías *»venid a mi todos los que estéis cargados que yo os haré descansar»*.

Lc 4:18-19 RVG El Espíritu del Señor está sobre mí: Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres: Me ha enviado para sanar a los quebrantados de corazón: Para predicar libertad a los cautivos: Y a los ciegos vista: Para poner en libertad a los quebrantados: Para predicar el año agradable del Señor.

Cristo no tiene problemas con la desigualdad manada de las decisiones personales *(es decir las consecuencias del libre albedrio)* pero a la vez pone un limite para que no se perpetúe a la siguiente generación y esclavice el alma de hombre. El tiene propósitos eternos en la salvación del hombre y su renovación y el jubileo es una ilustración del evangelio y la liberación del pecado a pobres como ricos. Es una muestra terrenal de lo eternal que afecta al hombre. Debemos cuidarnos por tanto de que la iglesia no es un ente que nivela la desigualdad ni es su propósito el serlo, pero si la iglesia es la sal de la tierra que rompe los efectos que se propagan del pecado y restaura la condición de hombre libre frente a Dios sin hacer acepción de personas ya que el objetivo de esta ley era presentar que todos los hombres son iguales hacia el. El evangelio atiende la necesidad inmediata.

La segunda idea concepto es similar la primera y es ver a la iglesia, la labor del cristiano o de Dios como un eliminador de la *injusticia social* del sistema de babilonia. Dios no tiene una cruzada personal de corrección de nuestra sociedad actual, el no busca un reino temporal en la tierra ni puede.

 Pero en el modelo Hebreo se ve el tierno cuidado desprovisto del egoísmo que puede efectuarse por aquellos que imitan el modelo presentado a los hombres desde el gobierno de Dios, desde la misión del Mesías y su reino que esperamos.

Debemos entender que la sociedad no es injusta por existir la injusticia dentro de ella, en palabras mas sencillas no debemos entender de que el  problema del árbol es el fruto malo. La biblia al contrario nos habla de que el enemigo ha «plantado la mala semilla, la muerte del pecado» en el mundo es decir EN EL CORAZÓN DEL HOMBRE y por tanto en este mundo habrá aflicciones, el árbol es malo desde la raíz. Este sistema no tiene corrección final y no podemos si quiera pensar en una sociedad justa porque sabemos que «los hombres no quieren venir a la luz por que sus obras son malas».

El evangelio de la liberación de las deudas, prisiones y ataduras del hombre ilustra los principios celestiales afectando de manera simbólica y manera  temporal la realidad del hombre para que puedan entender el carácter del reino que vendrá, la esperanza de una justicia final futura.  *La justicia social  no es la solución de Dios.* Sino al contrario una pequeña ayuda temporal con el fin de que se restaure lo perdido en el corazón del hombre. Es decir s la vislumbre del evangelio eterno. Debía poner limites al corazón de los hombres además de ser ilustración de las glorias venideras. Debía enseñar que somos dependientes y todos somo  iguales frente a Dios. Todos debemos cumplir los requerimientos de su ley. Dios no ataca los efectos que producen injusticias sino la causa misma de la injusticia. Es lo podremos observar claramente en una cita que viene muy bien al caso y la pondremos de manera integra para poder ver el divino plan, No solamente la manzana del árbol sino el ÁRBOL Y SU RAÍZ. El poder del evangelio que es la única solución y la misión principal de la iglesia mientras peregrine en este mundo..

Ponemos la cita completa de Patriarcas y Profetas 575:

«El poder desenfrenado de los ricos resultaría en monopolio, y los pobres, aunque en todo sentido tuvieran tanto valor como aquellos a los ojos de Dios, serían considerados y tratados como inferiores a sus hermanos más afortunados. *Al sentir la clase pobre esta opresión se despertarían en ella las pasiones.* *Habría un sentimiento de desesperación que tendería a desmoralizar la sociedad y a abrir la puerta a crímenes de toda índole*. Los reglamentos que Dios estableció tenían por objeto *fomentar* la igualdad social. Las medidas del año sabático y del año de jubileo habían de *corregir mayormente lo que en el intervalo se hubiera desquiciado en la economía social y política de la nación.*

Estos reglamentos tenían por objeto *beneficiar a los ricos tanto como a los pobres*. Habían de refrenar la avaricia y la inclinación a exaltarse uno mismo, y habían de cultivar un noble espíritu de benevolencia; y *al fomentar la buena voluntad y la confianza entre todas las clases*, habían de favorecer el orden social y la estabilidad del gobierno. Todos nosotros estamos entretejidos en la gran tela de la humanidad, y todo cuanto hagamos para beneficiar y ayudar a nuestros semejantes nos beneficiará también a nosotros mismos. *La ley de la dependencia mutua afecta e incluye a todas las clases sociales.* Los pobres no dependen más de los ricos, que los ricos de los pobres. Mientras una clase pide una parte de las bendiciones que Dios ha concedido a sus vecinos más ricos, la otra necesita el fiel servicio, la fuerza del cerebro, de los huesos y de los músculos, que constituyen el capital de los pobres.

*Muchos insisten en que todos los hombres deben tener igualmente parte en las bendiciones temporales de Dios. Pero tal no fué el propósito del Creador.* La diversidad de condición entre unos y otros es uno de los medios por los cuales Dios se propone probar y desarrollar el carácter. Sin embargo, quiere que quienes posean bienes de este mundo se consideren meramente administradores de sus posesiones, personas a quienes se confiaron los recursos que se han de emplear en pro de los necesitados y de los que sufren.»

Restaurar es la palabra principal al ayudar.

Vemos claramente en el modelo divino ausencia completa del egoísmo humano a la vez que no se encuentra nada del germen del socialismo/comunismo que pone en guerra a la sociedad del hombre dividiéndolas por misiones terrenales temporales.  Por tanto ES EL MODELO DEL EVANGELIO lo que se realiza en estas obras. Y la LEY en armonía de esto genera un hermoso equilibrio perfecto entre FE y OBRAS, Inminencia y trascendencia del gobierno de Dios. YA QUE LA ÚNICA SOLUCIÓN FINAL PARA LOS PROBLEMAS DE ESTA SOCIEDAD QUE ES PROCLAMADA COMO «CAÍDA, CAÍDA ES BABILONIA» ES El Evangelio Eterno, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen la fe de Jesús.

Muchos han insistido con gran entusiasmo en que todos los hombres deberían participar en forma igualitaria de las bendiciones temporales de Dios, pero ese no era el propósito del Creador. Cristo dijo que a los pobres siempre los tendríamos con nosotros. Los pobres, igual que los ricos, han sido adquiridos por medio de su sangre; y entre sus profesos seguidores, en la mayoría de los casos, los primeros lo sirven con dedicación, mientras los últimos están constantemente poniendo sus afectos en los tesoros terrenales, y se olvidan de Cristo. Los cuidados de esta vida y la codicia de las riquezas eclipsan la gloria del mundo eterno. La mayor desgracia que le podría sobrevenir a la humanidad sería que todos fueran puestos en pie de igualdad en cuanto a las posesiones terrenales.—Testimonies for the Church 4:551, 552 (1881).

{2MCP 270.1}

El que a nacido de nuevo sentirá sobre si la responsabilidad tal como el Mesías al predicar el reino de los cielos de poder «ACERCARLO A LOS HOMBRES» y puedan recibirlo de la manera más real posible. Este es el significado de la obra de asistencia restaurar la vida de los hombres a la «IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS».

La solución a nuestro problemas esta en el EVANGELIO QUE NOS CAPACITA PARA OBEDECER SU LEY. Dios no eliminara la desigualdad en este mundo… pero si obedecemos su ley podremos poner en una mejor base a todas las personas cono respecto a las bendiciones temporales.

Josafat debió gran parte de su prosperidad como gobernante a estas sabias medidas tomadas para suplir las necesidades espirituales de sus súbditos [la designación de sacerdotes para enseñar]. Hay mucho beneficio en la obediencia a la ley de Dios. En la conformidad con los requerimientos divinos hay un poder transformador que imparte paz y buena voluntad entre los hombres. Si las enseñanzas de la Palabra de Dios ejercieran una influencia dominadora en la vida de cada hombre y mujer, y los corazones y las mentes fueran sometidos a su poder refrenador, los males que ahora existen en la vida nacional y social no hallarían cabida. De todo hogar emanaría una influencia que haría a los hombres y mujeres fuertes en percepción espiritual y en poder moral, y así naciones e individuos serían colocados en un terreno ventajoso.

La Historia de Profetas y Reyes, 143 (1917).

Miremos el perfecto equilibrio de Nuestro señor Jesús, El Señor les Bendiga.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Desplazarse a la parte superior