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Pocas veces me toca escribir entradas tan cargadas de principios y sentimientos. Cuando ambos se encuentran para conformar lo que es una persona. Con esta entrada podríamos llegar a firmar que la verdad y la realidad llega a superar cualquier película de Cine o TV.

Me gustaría que pusieran atención especialmente a esta entrada puesto ustedes pueden hacer algo para darle un final feliz a esta historia donde ustedes no solo puede ser los espectadores (como en el cine) sino que pueden volverse los actores principales de la misma.

Muchas veces llenamos las salas de cine y gritamos o lloramos con muestras de sentimiento y amores ficticios. ¿Quien no se emociono aunque fuera un poco al ver escenas de Titanic? donde Jack (DiCaprio) permite que Rose (Winslet) se salve a costa del sacrificio de su vida. ¿Como podríamos olvidar la gran película un Paseo por las Nubes? donde se muestra un amor sereno y tranquilo donde el flocklore y la magia de una cultura van enseñando el amor a alguien que viene de la Segunda Guerra Mundial. ¿Como podemos olvidar para los más antiguos escenas como  “Lo que el Viento se Llevo” o aun para las mas nuevas y fanáticas de “Eclipse” y los vampiros que se niegan a su naturaleza de matar?. Sin embargo en nuestro país, en nuestras tierras, en nuestra ciudad tenemos un caso aun mas grande digno de catalogar como ese amor eterno y profundo donde el termino hasta que la muerte nos separe se ve empequeñecido por la frase que venia antes: “en la salud y en el enfermedad”. Esta palabra que viene antes en esta historia cobra real sentido. Es fácil el sacrificio de un momento, o podría ser mas fácil entregar la vida como lo hizo un joven hace unos pocos días en el tiroteo del estreno de la última película de Batman donde eran personas jóvenes y tenían el anhelo de unos muchos años por delante. Ahora en este caso la vida es entregada minuto a minuto, segundo a segundo, con pequeños y perpetuos actos de sacrificio propio sin un aplauso, sin un reconocimiento, sin un oscar, o sin la promesa de una vida o un casamiento sino ahora al contrario, para mantener los votos que una vez se hicieron.

Cuando ya quedan pocos años de vida, cuando ya se vivió todo, cuando ya se criaron los hijos, cuando simplemente la flor poco a poco pero certeramente se va marchitando este HÉROE DEL AMOR es un testigo mudo de que aun existe este tipo de amor en esta extraña y delgada tierra llamada Chile. Un amor verdadero a prueba de todo.

¿Cómo explicarles este caso sin conmoverme mientras voy narrándoles todo? o ¿cómo no quebrantarme mientras hago el intento siquiera de contarles un poquito de lo que realmente es esta historia? No puedo, sin embargo haré el intento de ser fiel en mi historia hasta donde pueda.

DON CLIOMENES ARAYA JERALDO con sus 84 años, con problemas motrices, sordo, y con otras enfermedades cardiacas y achaques producto de su edad y digno de estar recibiendo atenciones medicas de todo tipo se a transformado en el mejor enfermero de cabecera de su amada. Ella DOÑA ALICIA ISABEL FARIAS CRUZ con 76 años sufre de la enfermedad degenerativa a sus caderas, tiene problemas de visión, padece parkinson y esta postrada en cama recibe los cuidados perfectos de este abuelito que no ha olvidado sus votos.

Cliomenes Araya Jeraldo, un Heroe de amor

A sus 81 ya tiene 3 diplomas por aprendizaje de Cuidados para enfermos y de Personas de Tercera edad los cuales aprendió a hace pocos años para cuidar a su esposa. Él de Sol a sol se dedica a limpiarla, atender sus deposiciones, lavarla, voltearla para que no tenga escaras producto de su postramiento en cama. Y su perseverancia a sido premiada puesto que la abuelita no tiene ninguna. El al sonido de un tarrito de leche nido vacío y una cuchara, una improvisada campana creada por él, corre dentro de lo que sus fuerzas le permiten para atender las necesidades de su esposa. Ella por el otro lado con su grado de parkinson leve toma como puede su campana para llamarle puesto que gritándole no le escucha cuando esta alejado. Este es el día a día de esta pareja singular, así comienza cada mañana de estos abuelos en la población Jorge Inostroza en Iquique.

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