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EL VINO EN LA BIBLIA

EL VINO EN LA BIBLIA (El vino del faraón egipcio)

¿Qué clase de vino preparaba el jefe de los coperos para el faraón egipcio? Veamos:
“Y la copa de Faraón estaba en mi mano; así que tomé las uvas y las exprimí en la copa de Faraón, y puse la copa en la mano de Faraón” (Génesis 40:11 | LBLA).
*Flavio Josefo, historiador romano de ascendencia hebrea, que nació en el año 37 de la era cristiana, afirma que en los tiempos de los faraones del antiguo Egipto, existió la práctica de exprimir el jugo de las uvas en una copa e inmediatamente se bebía fresco como parte de una cena, confirmando así el relato bíblico (Antiguedades de los Judíos, Libro 2, Cap. 5, parr. 2 en Inglés).
*Josefo escribió en Griego y llamó a este jugo de uvas recién exprimido “gleukos”. Josefo también le llamó “el fruto de la vid”. Este fue el mismo término que utilizó Jesús para referirse al contenido de la copa durante la última cena (Mateo 26:29), lo cual confirma que él y sus discípulos tomaron jugo de uvas.

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EL VINO EN LA BIBLIA

EL VINO EN LA BIBLIA (El vino del faraón egipcio)

¿Qué clase de vino preparaba el jefe de los coperos para el faraón egipcio? Veamos:

“Y la copa de Faraón estaba en mi mano; así que tomé las uvas y las exprimí en la copa de Faraón, y puse la copa en la mano de Faraón” (Génesis 40:11 | LBLA).

*Flavio Josefo, historiador romano de ascendencia hebrea, que nació en el año 37 de la era cristiana, afirma que en los tiempos de los faraones del antiguo Egipto, existió la práctica de exprimir el jugo de las uvas en una copa e inmediatamente se bebía fresco como parte de una cena, confirmando así el relato bíblico (Antiguedades de los Judíos, Libro 2, Cap. 5, parr. 2 en Inglés).

*Josefo escribió en Griego y llamó a este jugo de uvas recién exprimido “gleukos”. Josefo también le llamó “el fruto de la vid”. Este fue el mismo término que utilizó Jesús para referirse al contenido de la copa durante la última cena (Mateo 26:29), lo cual confirma que él y sus discípulos tomaron jugo de uvas.

Aquellos que afirman que Jesús tomó vino fermentado durante la última cena, argumentan que Cristo y sus discípulos no pudieron haber tomado vino sin fermentar porque la cosecha de uvas ocurrió varios meses antes de la Pascua y el jugo de las uvas no pudo haberse conservado por tanto tiempo sin fermentar. Además afirman que en ese entonces no existían métodos para conservar el jugo de uvas y así evitar que se fermentara.

Lo cierto es que los judíos utilizaban varios medios para conservar el jugo de uvas y así evitar su fermentación. Según Charles W. Ewing, los judíos utilizaban los siguientes métodos para conservar el jugo de uvas:

  1. Utilizaban aceite de oliva para preservar el jugo de uva libre de fermentación.
  2. Hervían el jugo de las uvas hasta que se convertía en un sirop o pasta espesa. Esta pasta se disolvía en agua y así producían nuevamente jugo de uva no fermentado. A este proceso se refieren las Escrituras cuando hablan de mezclar vino con agua. (El Talmud describe este procedimiento)
  3. Se colocaba el jugo de uva recién exprimido en un envase nuevo (amphora), lo sellaban muy bien y lo sumergían en una cisterna. El jugo se mantenía dulce por un año. (The Bible and Its Wines, págs. 141-143).

Las Escrituras afirman que durante la Pascua, no debía haber levadura en las casas (Ex 12:15,19). La levadura se asociaba con el pecado (1 Cor 5:8; Luc 12:1). Por lo tanto, Cristo no pudo haber usado vino fermentado como parte de esta ceremonia pascual, porque este vino no podía representar su sangre sin mancha y sin contaminación.

The Abbott’s Dictionary of Religious Knowledge dice lo siguiente sobre el vino:

“El vino fermentado era el menos común (en los tiempos bíblicos) y el porcentaje de alcohol que contenía era peqeño. Los vinos nuevos eran íntegros, sin alcohol y eran facilmente preservados en esta condición por muchos meses. También había vinos en los cuales, mediante el hervido o mediante drogas , el proceso de fermentación se evitaba y el alcohol quedaba excluido. Estos vinos eran mezclados con agua y constituían la bebida más común de la tierra” (pág. 973).

(Tomado del libro The Bible and Its Wines, de Charles Wesley Ewing, pág. 79).

*Ver “The Bible and Its Wines”, pág. 141.

El mensaje de la Biblia y de la historia es claro.

Por Rafael Montesinos

Momento Random – Compatir es Vida

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La Abuelita Esperanza fue visitada el día Sabado 30 de Marzo. No esperaba ni nosotros esperábamos que le llevaran Santa Cena después de 10 años de no haberla probado. La abuelita lleva 10 años ya postrada en cama y desde esa fecha nadie le había llevado Santa Cena.?!?!?!?!

Emocionada y llorando leía Mateo 27 desde el verso 15 en adelante y nos confirmaba que Dios estaba esa noche visitando su hogar y reestableciendo el pacto (por medio de los símbolos del pan y el vino) que allá en el cielo, cuando Él vuelva, no habrá dolor y ella no estaría mas postrada en cama.

Oh! Cuan amor inmensurable que Dios proveyó en un simple Rito dar esperanzas al cansado, certeza de salvación al herido y la renovación del pacto al penitente.

Quiere Dios que cada vez que allá Santa Cena en sus Iglesias tengan un listado de todos aquellos que deben visitar puesto por estar enfermos no pueden asistir.

Estos momentos no tienen precio… Saludos… una Voz que Ve.

Y recuerden… Generación de Jóvenes para Cristo trabaja para esto.

Ep. I Las Puertas y Llaves del Entendimiento Biblico

Estudio afirma que el consumo moderado de alcohol también es perjudicial para la salud

La investigación desafía la idea de los beneficios cardiovasculares de la ingesta moderada de alcohol, afirmando que incluso puede reducir la producción de neuronas.

Este hallazgo, que aparece publicado en la revista “Neurology”, contradice algunos estudios que sugerían que el consumo moderado de alcohol podía tener efectos positivos para la salud.

Tal como señalan los investigadores, el problema es que hay una división muy tenue entre beber moderadamente con regularidad y beber en exceso sólo ciertos días a la semana, y mucha gente no parece distinguir entre estas dos prácticas de riesgo.

Beber poco durante la semana pero mucho los fines de semana puede provocar cambios en la estructura del cerebro, aseguran los investigadores. “El consumo moderado puede convertirse en consumo excesivo sin que la persona se dé cuenta”, ha explicado a la BBC Megan Anderson, quien dirigió el estudio.

“A corto plazo puede no haber problemas notables en las capacidades motoras o el funcionamiento general, pero a largo plazo este tipo de conducta puede tener efectos adversos en el aprendizaje y la memoria”, ha añadido.

Los científicos llevaron a cabo estudios con ratones a los cuales suministraron alcohol para alcanzar una concentración en la sangre de 0,08 por ciento (0,08 gramos de alcohol por cada 100 mililitros), el equivalente al límite legal para conducir en Estados Unidos y otros países.

Después de dos días llevaron a cabo pruebas para medir varias funciones mentales y motoras en los animales. “Este nivel de intoxicación no perjudicó las habilidades motoras o las funciones de ninguno de los sexos, y tampoco interfirió en el aprendizaje asociativo (el recuerdo de detalles de una situación particular) dos días después de haber bebido”, explican los investigadores.

Por lo tanto, el consumo moderado de alcohol “no perturbó los procesos básicos sensoriales, motores o de aprendizaje”.
Sin embargo, añaden, los resultados mostraron que incluso durante un periodo “relativamente corto” de consumo moderado de alcohol, hubo un impacto negativo en el cerebro: el número de neuronas que los animales produjeron en la región del hipocampo “se redujo en casi 40 por ciento”.

El hipocampo es la región del cerebro donde se producen nuevas neuronas y se sabe que es responsable de la capacidad de llevar a cabo nuevos aprendizajes.

“Si esta región de tu cerebro se ve afectada cada día durante muchos meses y años, eventualmente no serás capaz de aprender cómo llegar a un lugar nuevo o cómo aprender algo nuevo sobre tu vida”, ha concluido la doctora Anderson.

Los investigadores, de la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey, apuntan a que el problema es que hay una división muy tenue entre beber moderadamente con regularidad y beber en exceso sólo ciertos días a la semana, y muchas personas no parecen distinguir entre estas dos prácticas riesgosas.

El estudio incluso apunta que el consumo moderado de alcohol durante un periodo relativamente corto puede tener efectos profundos en la plasticidad estructural del cerebro.

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