UNA RESPUESTA A LA SOLICITUD DE LA DIVISION NORTEAMERICANA en 1995 Utrech
Dr. P. Gerhard Damsteegt
NOTA: El siguiente es un resumen de la presentación hecha por el doctor P. Gerhard Damsteegt, catedrático del Seminario Teológico Adventista de la Universidad Andrews a los delegados presentes en el Congreso de la Asociación General en Utrecht, respondiendo a la solicitud de la División Norteamericana, de conceder a cada división la facultad de decidir por si misma, el ordenar a individuos al ministerio evangélico por la imposición de las manos, independientemente del sexo,donde las condiciones así lo permitiesen. El doctor Damsteegt presentó su posición bajo los siguientes enunciados:
1. Yo apoyo decididamente la participación de las mujeres en la obra de Dios.
- Las mujeres poseen dones singulares y necesarios para terminar la obra.
- En el pasado, las mujeres han hecho una obra excelente, por eso las necesitamos hoy mismo.
- Ellas pueden alcanza a gente que los hombres nunca alcanzarían.Por lo tanto, debemos desarrollar nuevas estrategias para lograr que las mujeres participen en la obra de Dios.
2. Simpatizo profundamente con la División Norteamericana y el dilema que confronta.
¿Cuál es el dilema que la iglesia confronta? El dilema que la Iglesia confronta, es el siguiente:
- El concilio anual de la Asociación General en 1989 votó que: Las mujeres ordenadas como ancianas, pueden desempeñar todas las funciones de un pastor ordenado; sinembargo, no pueden ser ordenadas al ministerio.
- Resultado: Una situación infeliz y contradictoria, pues a nadie agrada esta solución. Algunos acusan a la iglesia de injusta, discriminante y de falta de equidad. Algunos hasta amenazan de ordenar a las mujeres con o sin el permiso de la iglesia.
3. Cómo resolver este problema y preservar la unidad de la iglesia.
El presidente de la División Norteamericana presenta dos opciones para resolver este dilema:
- Situarnos en el pasado y reconocer que fue un error comenzar a ordenar a las mujeres como ancianas de iglesia.
- Solicitar la plena ordenación de las mujeres al ministerio evangélico y no como ancianas.
La Ordenación de mujeres: Un continuo debate – Pr. Colin D. Standish.
Todo comenzó en septiembre de 1973 en Camp Mohaven, Ohio.
Una conferencia sobre el papal de las mujeres en la iglesia fue organizada por consejo de ciertos líderes de la Asociación General bajo el liderazgo del que fuera entonces director del Instituto de Investigación Bíblica. Los teólogos fueron quienes parecían haber abierto la puerta a los proponentes, urgiendo la ordenación de las mujeres. En Camp Mohaven, reportaron que: “La Biblia ni defiende ni prohíbe la ordenación de mujeres al ministerio, y que por lo tanto, éste era un asunto que compete a las normas eclesiásticas y administrativas.” Adventist Affirm, otoño del año 1989, Pág. 42.
Esta conclusión influyó para que el tema de la ordenación de las mujeres, fuera colocado en la agenda del Consejo Anual de Octubre del año 1973. No carece de importancia el hecho de que ese tema fuera introducido en ese momento, cuando el pastor Robert Pierson, presidente de la Asociación General, en ese entonces, apoyado por el pastor Kenneth Wood quien era en esa época editor de la Review and Herald (actualmente Adventist Review – La Revista Adventista, edición inglesa- estaba tratando de traer un poderoso reavivamiento y reforma a la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Como resultado, el asunto ha sido presentado un número de veces ante el Consejo Anual, y en año 1990 llegó a ser quizás el tema de mayor enfoque en la sesión de la Asociación general en Indianápolis.
Antes de la sesión de la Asociación General del año 1975 en Viena, Austria, ante la cual fui delegado, había escuchado pequeños rumores respecto a la ordenación de mujeres; pero, no tenía idea alguna del Consejo de Mohaven del año 1973.
No obstante, sorprendentemente me vi envuelto en el debate antes de la convocada sesión de la Asociación General en al año 1975. Un número de comités organizados para lograr objetivos determinados son establecidos para dialogar y someter temas importantes antes de cada sesión de la Asociación General. A causa de que era el presidente del Columbia Union College, situado a tan sólo una milla de la entonces sede de la Asociación General (ASOCIACIÓN GENERAL) y probablemente en razón de la ubicación de éste, fui escogido en lugar de cualquier otro presidente de universidad para sentarme en tales comités.
Un comité de esa naturaleza estaba constituido por cuarenta o cincuenta personas, muchas con antecedentes denominaciones, pero incluyendo algunos laicos bajo la presidencia de uno de los vicepresidentes de la ASOCIACIÓN GENERAL.
Después de los preliminares, el presidente indicó que había cuatro temas que serían enfocados por el comité, uno de los cuales, era la ordenación de mujeres. Tenía la esperanza de que no sería colocado en ese comité, pero no sólo fui asignado a él; si no que el presidente se volvió y dijo: “Colin, quiero que lo presidas.”
Comentarios recientes