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Una doctora en Sudán recibirá cien latigazos como castigo y después será ahorcada por renunciar al Islam.

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Foto: AFP.

Un tribunal de Sudán condenó a muerte este jueves a la doctora Mariam Ishaq, de 27 años, por convertirse al cristianismo, religión de su esposo.

El abogado Ahmed Abdala afirmó que la corte dio un plazo de tres días para que la mujer rectificara, el cual culminó este 15 de mayo sin que su cliente haya rechazado renunciar al cristianismo. Además, agregó que la pena de muerte no se aplicará sino hasta dentro de dos años, cuando haya tenido a su hijo y termine de amamantarlo.

Según el fallo, la mujer que tiene ocho meses de embarazo y un hijo de dos años recibirá cien latigazos como castigo y después será ahorcada.

Un tribunal ya había condenado el domingo pasado a la sudanesa a la pena capital por apostasía y adulterio, un fallo que ha sido confirmado este jueves por la Corte Penal del este de Jartum, presidido por el juez Abás al Jalifa.

El pasado domingo, su esposo cristiano fue absuelto del cargo de adulterio por falta de pruebas, tras argumentar que había contraído matrimonio con ella cuando ya había cambiado de religión. El tribunal recordó que la ley sudanesa prohíbe la conversión del islam al cristianismo y que, por tanto, la acusada cometió adulterio al ser “nulo” su matrimonio como cristiana.

La ley islámica dice que las mujeres musulmanas no pueden casarse con no musulmanes.

“Repugnante”

Diplomáticos occidentales y representantes de grupos de derechos humanos han advertido del riesgo que este tipo de juicios supone para la tolerancia religiosa y los derechos humanos en el país del norte de África.

La organización de derechos humanos Amnistía Internacional calificó la sentencia como “atroz y repugnante”. También dijo que la mujer fue criada bajo costumbres cristianas ortodoxas, religión de su madre, porque su padre, un musulmán, estuvo ausente durante su infancia, según reportes.

Ishaq cambió su nombre de Abrar por el de Mariam y es hija de un hombre de la región de Darfur -en el oeste de Sudán- y una mujer de la vecina Etiopía.

Manar Idriss, la investigadora de Amnistía Internacional en Sudán, afirmó: “El hecho de que una mujer haya sido condenada a muerte por su elección religiosa y a flagelación por casarse con un hombre de una religión supuestamente diferente es atroz y repugnante”.

Sudán tiene una población mayoritariamente musulmana, que se rige por la ley islámica o sharia que dictamina que la apostasía -renunciar a una religión- es un crimen.

Embajadas y grupos de derechos humanos occidentales han instado a Sudán a respetar el derecho de la embarazada a elegir una religión.

El juez también ordenó que la mujer reciba cien latigazos tras encontrarla culpable de adulterio, ya que su matrimonio con un hombre cristiano no sería válido en virtud de la ley islámica. El castigo se llevaría a cabo cuando se ha recuperado de dar a luz.

Anteriormente, en la audiencia, un clérigo islámico habló con Ishaq en una celda por unos 30 minutos, informó la agencia francesa AFP. Posteriormente, la mujer, tranquila, le dijo al juez: “Yo soy cristiana y no cometí apostasía”.

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Alta tensión

Hay un largo debate sobre si la apostasía es un delito en el Islam. Algunos eruditos liberales sostienen que no lo es y basan su argumento en el verso del Corán que dice que “no habrá ninguna coacción en la religión“.

Otros dicen que la apostasía equivale a traición y citan al profeta Muhammad: “No está permitido derramar la sangre de un musulmán, excepto en tres casos: una vida por una vida, una persona casada que comete adulterio y uno que abandona su religión y se separa de la comunidad“.

Este último es el punto de vista, dominante en los estados musulmanes conservadores como Sudán, Arabia Saudita y Pakistán, es causa de alta tensión religiosa.

En el tribunal, el juez se dirigió a Ishaq por su nombre musulmán, Adraf Al-Hadi Mohammed Abdullah.

El corresponsal de la BBC en Sudán, Mohamed Osman, reporta que este tipo de sentencias de muerte rara vez se llevan a cabo. Por su parte, uno de sus abogados dijo a AFP que apelarán ante un tribunal superior con la intención de que la sentencia sea anulada.

EFE, BBC.

– Contradicción contra si misma pareciere que tiene el CORAN.

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