[En Honor a la verdad] No se puede confiar en ministros comedores de Carne
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Simple y Corta.
Que ninguno de nuestros ministros presente un ejemplo malo en el consumo de carne. Vivan ellos y sus familias a la altura de la reforma pro salud. No animalicen nuestros pastores su propia naturaleza y la naturaleza de sus hijos. CRA478
Como mensajeros de Dios, ¿no presentaremos un testimonio decidido en contra de la complacencia de un apetito pervertido?… Dios ha provisto abundancia de frutas y cereales, los cuales pueden ser saludablemente preparados y empleados en cantidades debidas. ¿Por qué, entonces, continúan los hombres eligiendo carne? ¿Podemos tener confianza en ministros que, sentados en mesas donde se sirve carne, se unen con los demás para comerla?…{CRA 481.2}
El Verdadero Sacerdocio la base de nuestro Sistema Pastoral.
Me he visto en la necesidad de desarrollar este tema, sin embargo, la intensión mía es ir aclarando este punto y no existe otra mejor manera de rebatir el error que enseñando la verdad. La Sana Verdad. Partamos leyendo lo que Cristo dijo para poder establecer una verdad inmutable:
Mateo 19:3-8 Entonces vinieron a él los fariseos, tentándole y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa? Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla? Él les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así.
Antes de entender lo que le acabo de resaltar debo citar un texto:
1 Corintios 2:12-14 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
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