El Verdadero Sacerdocio la base de nuestro Sistema Pastoral.
Me he visto en la necesidad de desarrollar este tema, sin embargo, la intensión mía es ir aclarando este punto y no existe otra mejor manera de rebatir el error que enseñando la verdad. La Sana Verdad. Partamos leyendo lo que Cristo dijo para poder establecer una verdad inmutable:
Mateo 19:3-8 Entonces vinieron a él los fariseos, tentándole y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa? Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla? Él les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así.
Antes de entender lo que le acabo de resaltar debo citar un texto:
1 Corintios 2:12-14 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
Entre balas y cruces
Iba a comentar la noticia de que un sacerdote del Quindío salió de su cargo por pegarle a una mujer pero hubo algo que llamó poderosamente mi atención.
Resulta que no perdió su cargo de sacerdote sino como capellán dentro de las Fuerzas Armadas:
El sacerdote Carlos Andrés Vásquez, se retiró de sus funciones en la Octava Brigada la semana pasada, y después de eso se han conocido una serie de presuntas irregularidades cometidas, especialmente de supuestos malos tratos a los uniformados, y que habrían sido denunciadas por el pasado comandante de la institución ante la Diócesis Castrense, lo que generó su retiro de la institución.
Este es el momento en que sigo sin comprender muy bien por qué hay una diócesis castrense. Así que voy a la página del Comando General de las Fuerzas Militares de Colombia y se me ocurre mirar en los sitios de interés. Para mi sorpresa, el primer sitio de interés es el Obispado Castrense.
Como no tengo la menor idea de qué se supone que hace esa institución voy a ver quiénes son y me quedo de una pieza. Primero está su historia que comienza así:
La Iglesia Católica desde la época de la independencia, acompaña a los ejércitos libertadores para evangelizar, buscar la paz y servir de apoyo moral y espiritual. En Colombia, como en otros países azotados por la guerra, los capellanes del ordinariato Castrense acuden a las zonas de combate para atender a los efectivos de las Fuerzas Armadas estatales.
De hecho, la Iglesia Catolica no acompañó a los ejércitos libertadores. Ella siempre apoyó a los colonos españoles, que esa es su historia: siempre en contubernio con los déspotas y poderosos, al lado de dictadores y sátrapas.
Por si fuera poco, citan como documento esencial ese pedazo de idiotez condensada conocido como Constitución de 1886, desconociendo que existe la Constitución de 1991 y que establece un Estado aconfesional, o sea, laico, lo que significa que las entidades estatales -como las Fuerzas Armadas- no deben favorecer ninguna confesión por encima de las demás ni darle trato preferencia a una creencia, discriminando las otras creencias y la descreencia:
En 1886 la constitución establece la asistencia espiritual para los militares, para el año de 1949, el Papa Pío XII erigió el Vicariato Castrense de Colombia, con el fin de promover el bien espiritual a los soldados, infantes y policías, nombrando al arzobispo de Bogota y Primado de Colombia, Monseñor Ismael Perdomo como primer Vicario Castrense.
Ahh, Pío XII, el Papa amigo de Hitler. ¿Ese Pío XII?
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