EL DILEMA DE LA MÚSICA
Una pequeña nota marginal antes de iniciar la lectura…
Estuve meditando fuertemente sobre el tema presentado anteriormente sobre la iglesia emergente y realmente debo por un lado pedir fuertes disculpas ya que al narrar “mi percepción” de la situación poniendo mis ojos en mi mismo no he pensado en los de ustedes (principio fundamental del carácter cristiano). Leer mi propia experiencia puede resultar visceral para cada uno de ustedes y no presenta de buena forma el conflicto que produce el fenómeno de “la Iglesia emergente”. De esta manera deja mal parado al lector para comprender de buena forma el conflicto que se intenta mencionar. Aquellos que han participado del fenómeno o son lo suficientemente cercano les puede parecer ofensivo y chocante. Poniéndome en vuestro lugar se que lo pasaron mal al leerlo, y quiero dejar claro esto y enfático: “PIDO PERDON POR LOS MAL RATOS PRODUCIDOS Y POR GOLPEAR VUESTRA EXPERIENCIA CRISTIANA” me he olvidado de redactar de tal manera que no se sintieran juzgadas vuestras intenciones y poder ser analizado el fenómeno propiamente tal y no vuestras intenciones.
Algunos lograron ver un poco más allá, fueron remecidos y volcaron sus ojos a Cristo para buscar luz y seguridad. He pecado de lo mismo que muchas veces me a tocado sufrir. Y por ello mi idea no es forzar vuestras conciencias o juzgar vuestras motivaciones. No obstante, quizás mantener el post servirá también para que los que están del otro lado del cerco puedan cruzar a este lado del cerco y salir de la trinchera para que podamos encontrar un terreno de mutuo acuerdo y “ESTUDIAR LO QUE LA BIBLIA PRESENTA SOBRE EL TEMA” tratando de abordarlo desde todos los frentes y a la altura de toda la luz que nuestra iglesia tiene sobre el tema y de paso recordarme a mi mismo que no debo ponerme en el centro a mí. Desde ya gracias si leíste hasta acá y comencemos.
EL GRAN DILEMA
Existe un dilema con la música y quise comenzar este articulo con el título de un famoso seminario adventista sobre la Música. Un dilema que no hemos sabido (o no hemos querido) afrontarlo ya que al explorar esta temática traemos ciertas ideas preconcebidas tales como:
- La biblia no habla de principios sobre la música de forma clara.
- Los rituales levíticos solo tienen que ver con los sacrificios y como están clavados en la cruz, no debemos mirar nada de ellos para aprender sobre la adoración.
- El santuario fue destruido y no podemos observarlo ya no aplica nada de él.
- El Señor recibe todo tipo de adoración con tal de que sea de un corazón sincero.
- Si la música me hace tener comunión con Dios y me hace sentir bien no puedes juzgarla.
- La música es una expresión cultural y debemos respetarla y no puede ser criticada.
- Criticar el tema de la música y la adoración es criticar al prójimo.
- La única forma de llegar a los jóvenes es usar la música que escuchan los jóvenes ya que pablo dice: judío al judío y griego al griego.
- Debemos dejar nuestras trincheras y dejar de lado lo que nos divide para unirnos en un solo cuerpo, aunque con ideas y practicas distintas en ciertas materias como la música.
- La música en la iglesia responde más bien a la tradición de esta.
Intentare resumir en este articulo algunos problemas con pensar o aceptar alguna de estas ideas listadas, aunque podrían ahorrarse el articulo y entrar directamente a mirar el programa “HABLEMOS DE ADORACION” que Nuestro hermano Jonathan tiene en Kolorion.tv. Sin embargo, intentaremos capturar por lo menos lo inicial para abordar este tema.
Continuar leyendoLos instrumentos musicales del templo.
Dios indicó qué instrumentos debían usarse en el Santuario. ¿Qué podemos aprender de esas instrucciones para aplicar a la música en la iglesia actual?
Seguir Leyendo¿ QUIENES SON LOS JUDAIZANTES ?
Es triste encontrar siervos de Dios que no entiendan “La doctrina del Santuario” como el lugar donde los principios celestiales se encuentran. El Santuario en el Desierto es como el velo de la cortina entre el mundo celestial y el mundo natural donde podemos observar como en una maqueta (planos) los principios del evangelio, la ley, la adoración, la santidad y la justicia del “Gobierno de Dios”. Es nuestra doctrina distintiva y por medio de ella y complementándose con la cruz entendemos la realidades eternas. Ambos pilares de la cruz y el santuario se sostienen en el mismo principio “para que pueda morar entre vosotros”.
Continuar leyendo“LA VERDAD” El Centro de la Historia de la Iglesia de Dios (Parte 4) – El Poder del Movimiento de 1840
Es difícil poder narrar este punto sin que usted mi estimado lector pueda concluir a través de mis palabras que yo creo fervientemente en lo que aquí escribo. Es fácil examinar los anteriores capítulos mostrando simplemente la información y la historicidad de lo que aconteció. Sin embargo lo que vamos a ver en este capitulo es el CENTRO de la creencia del ¨Pueblo que guarda los mandamientos de Dios y Tiene la FE de Jesús” (Apoc 14:12)
Para los que han escuchado los temas en la iglesia deben darse cuenta que en la iglesia comparto no en ORDEN temático sino como creo que edifica más a la concurrencia. Por tanto para los estudiantes más profundos de los que me ollen les servirá para completar el panorama completo del ciclo los estudios que acá coloco.
Hoy les hablare de lo que creó, mantuvo y le dió fuerza al movimiento de 1840. Y para esto es imposible no comenzar por Guillermo Miller y el movimiento millerita. Leamos Daniel 8:11-14 :
11 Aun se engrandeció contra el príncipe de los ejércitos, y por él fue quitado el continuo sacrificio, y el lugar de su santuario fue echado por tierra.
12 Y a causa de la prevaricación le fue entregado el ejército junto con el continuo sacrificio; y echó por tierra la verdad, e hizo cuanto quiso, y prosperó.
13 Entonces oí a un santo que hablaba; y otro de los santos preguntó a aquel que hablaba: ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados?
14 Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado.
UN AGRICULTOR íntegro y de corazón recto, que había llegado a dudar de la autoridad divina de las Santas Escrituras, pero que deseaba sinceramente conocer la verdad, fue el hombre especialmente escogido por Dios para dar principio a la proclamación de la segunda venida de Cristo. Como otros muchos reformadores. Guillermo Miller había batallado con la pobreza en su juventud, y así había aprendido grandes lecciones de energía y abnegación. Los miembros de la familia de que descendía se habían distinguido por un espíritu independiente y amante de la libertad, por su capacidad de resistencia y ardiente patriotismo; y estos rasgos sobresalían también en el carácter de Guillermo. Su padre fue capitán en la guerra de la independencia norteamericana, y a los sacrificios que hizo durante las luchas de aquella época tempestuosa pueden achacarse las circunstancias apremiantes que rodearon la juventud de Miller.
Poseía una robusta constitución, y ya desde su niñez dio pruebas de una inteligencia poco común, que se fue acentuando con la edad. Su espíritu era activo y bien desarrollado, y ardiente su sed de saber. Aunque no gozara de las ventajas de una instrucción académica, su amor al estudio y el hábito de reflexionar cuidadosamente, junto con su agudo criterio, hacían de cl un hombre de sano juicio y de vasta comprensión. Su carácter moral era irreprochable, y gozaba de envidiable reputación, siendo generalmente estimado por su integridad, su frugalidad y su benevolencia.A fuerza de energía y aplicación no tardó en adquirir bienestar, si bien conservó siempre sus hábitos de estudio. Desempeñó con éxito varios cargos civiles y militares, y el camino hacia la riqueza y los honores parecía estarle ampliamente abierto. Su madre era mujer de verdadera piedad, de modo que durante su infancia estuvo sujeto a influencias religiosas. Sin embargo, siendo aún niño tuvo trato con deístas, cuya influencia fue reforzada por el hecho de que la mayoría de ellos eran buenos ciudadanos y hombres de disposiciones humanitarias y benévolas. Viviendo como vivían en medio de instituciones cristianas, sus caracteres habían sido modelados hasta cierto punto por el medio ambiente. Debían a la Biblia las cualidades que les granjeaban respeto y confianza; y no obstante, tan hermosas dotes se habían malogrado hasta ejercer influencia contra la Palabra de Dios. Al rozarse con esos hombres Miller llegó a adoptar sus opiniones. Las interpretaciones corrientes de las Sagradas Escrituras presentaban dificultades que le parecían insuperables; pero como, al paso que sus nuevas creencias le hacían rechazar la Biblia no le ofrecían nada mejor con que substituirla, distaba mucho de estar satisfecho. Sin embargo conservó esas ideas cerca de doce años. Pero a la edad de treinta y cuatro, el Espíritu Santo obró en su corazón y le hizo sentir su condición de pecador. No hallaba en su creencia anterior seguridad alguna de dicha para más allá de la tumba. El porvenir se le presentaba sombrío y tétrico. Refiriéndose años después a los sentimientos que le embargaban en aquel entonces, dijo:
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